¿El desarrollo financiero fomenta el emprendimiento innovador?
El crecimiento económico a largo plazo de un país depende en gran medida de la innovación introducida por las empresas (Davidsson, Delmar, & Wiklund, 2006; Mayhew, Simonoff, Baumol, Selznick, & Vassallo, 2016). El papel crucial de los emprendedores como "destructores creativos" (Schumpeter, 1942) que promueven la innovación ha formado parte de la literatura empresarial durante décadas. Varios hallazgos han contribuido a construir el conocimiento de los determinantes de la innovación, sin embargo, las empresas innovadoras siguen siendo relativamente pocas en proporción (Tracy, 2011), lo que hace un llamado a una mayor exploración en esta área.
Es el emprendedor
quien reconoce oportunidades para innovar al adoptar y transformar nuevos
conocimientos en actividades comerciales (Acs, Braunerhjelm, Audretsch, & Carlsson, 2009) Como resultado, innovan al crear nuevos productos, servicios, métodos
de producción o nuevos modelos de negocio (Agarwal, Audretsch, & Sarkar, 2007).
Desde el
reconocimiento de una oportunidad para innovar, una serie de factores y
recursos deben confluir en el contexto en el que el emprendedor está
orquestando sus actividades (Shane, 2003). Algunos de ellos están relacionados con los requerimientos necesarios
de capital humano, los recursos de capital para financiar la innovación y la
generación de conocimiento para ello (Block, Fisch, & Van Praag, 2017). Estos factores externos al emprendedor, de carácter institucional, determinarán
"las reglas del juego" por las que se guían (North, 1990).
Desde la
perspectiva institucional, el lector podría intuir que políticas que fomenten
el desarrollo de cada uno de los recursos antes mencionados, promovería el
número de empresas que introducen algún tipo de innovación; sin embargo, el
análisis no es tan simple. Utilicemos como ejemplo el desarrollo del sistema
financiero de una economía como factor contextual que facilita emprendimientos
innovadores. Un mayor desarrollo financiero sugeriría mayores posibilidades para
financiar emprendimientos con ideas innovadoras.
Una característica
fundamental de empresas nuevas e innovadores es que suelen clasificarse como
empresas de alto riesgo debido a los resultados inciertos derivados del proceso
de innovación; pero al mismo tiempo son el tipo de empresas que se enfrentan a mayores
obstáculos en la búsqueda de recursos financieros para llevar a cabo su idea(Schneider & Veugelers, 2010). Desde el punto de vista de los prestamistas, las razones asociadas a
esta lucha pueden explicarse por falta de una garantía que respalde el
préstamo, dado que la mayoría de los desarrollos novedosos suelen depender de
activos intangibles, y se apoyan en uno o muy pocos proyectos, ya que siguen
siendo empresas pequeñas (Freel, 2007). Además, las tasas de fracaso en innovación son relativamente altas,
los rendimientos de la innovación son inciertos (Hall, 2002), y la experiencia muestra que sólo un pequeño número de empresas
innovadoras consiguen tener ganancias sustanciales, mientras que la mayoría de
ellas tienen rendimientos relativamente pequeños (Coad & Rao, 2008). El reto de la financiación de emprendimientos innovadores se ve
agravado por la asimetría de información de las partes implicadas (O’Sullivan, 2005), donde innovaciones disruptivas requieren una valoración
especializada, similar a la labor de intermediación financiera de los inversionistas
de riesgo (Venture Capital) (Gompers & Lerner, 2001). Los estudios que investigan la alternativa de financiación más
adecuada en función del ciclo de vida de la empresa, el tamaño y la
disponibilidad de información, sugieren para emprendimientos innovadores
financiamiento por inversionistas de riesgo o Business Angels (Berger & Udell, 1998). Una secuencia natural de financiación de este tipo de empresas, seguiría
un camino de financiación mediante la emisión de acciones, normalmente suscrito
por una oferta pública inicial en algún mercado accionario. Por lo tanto, la
financiación por medio de deuda, sería una fuente menos apropiada para
financiar emprendimientos innovadores (Carpenter & Petersen, 2002).
Analizando el
contexto de los emprendedores, el Fondo Monetario Internacional (FMI) distingue
el desarrollo financiero de una economía bajo dos componentes, las
instituciones financieras (caracterizadas por ser de renta fija) y los mercados
financieros (caracterizados por ser de renta variable). La profundidad, el
acceso y la eficiencia de cada uno de ellos determinan el desarrollo financiero
de un país (International Monetary Fund, 2020; Svirydzenka, 2016). En promedio, el resultado de desarrollo financiero de Bolivia es
bajo, comparado con otros países. Los resultados de cada uno de los componentes,
refleja la realidad de nuestro sistema financiero; donde se tienen indicadores
similares al promedio del resto de los países al evaluar instituciones
financieras, y un bajísimo (casi inexistente) desarrollo de mercados
financieros.
|
Promedio Global |
Bolivia |
Indicador de Desarrollo Financiero |
0.54 |
0.26 |
Indicador de Instituciones
Financieras |
0.61 |
0.50 |
Indicador de Mercados Financieros |
0.45 |
0.01 |
Fuente: Fondo Monetario
Internacional, datos gestión 2014.
Éstos resultados
nos ayudan a visualizar la complejidad de los factores institucionales que
influyen en la generación de emprendimientos innovadores. Por un lado, tenemos
un sistema de instituciones financieras desarrollado y altamente regulado, que
domina y establece las reglas del juego de todo el sistema financiero. Por lo
mencionado antes, este financiamiento por medio de deuda es el mecanismo menos
favorable para promover el surgimiento de emprendimientos innovadores. Por otro
lado, tenemos un casi inexistente desarrollo de mercados financieros (inversiones
de riesgo y renta variable), que sería el mecanismo más apropiado para proveer
recursos destinados a innovación empresarial. Respondiendo a la pregunta
planteada en el título de este artículo, la respuesta sería sí y no. A nivel
nacional, resulta alentador contar con instituciones financieras desarrolladas,
pero estos resultados podrían no ser tan alentadores para los emprendedores
innovadores, quienes esperarían mayor desarrollo en mercados financieros como
la mejor alternativa para encontrar recursos financieros. El caso de Bolivia se
repite en otros países, resaltando la importancia de entender cómo los
emprendedores desarrollan sus actividades, con el objetivo de plantear
políticas que favorezcan el emprendimiento innovador.
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